El Contexto
Prácticamente inexistente en los mercados internacionales a principios de los años 80, Chile es hoy un gran productor mundial de vino. Valparaíso es una región vinícola remarcable, la cual concentra un 17% de la superficie vinícola chilena.
Si bien la viticultura es intrínseca a la historia y tradiciones chilenas, su anclaje territorial se desmorona bajo el efecto de los dogmas neoliberales y su mercado de consumo predominantemente externo. El vino producido responde a los criterios de los mercados internacionales, los gustos y las preferencias externas, más que a los criterios locales (Sarava, 2019).
Además, el sector chileno es muy concentrado, con 12.000 productores. Sin embargo, solamente 140 empresas transforman la uva en vino. Las empresas vinícolas más grandes poseen la mayor parte de las tierras, adquiridas en gran parte, por herencia familiar y colonial, controlando así la mayoría del mercado (Jano, 2019). Por otro lado, tan solo cuatro grandes productores comercializan el 43% de la producción chilena de vino (69% del volumen de vino es vendido en el mercado doméstico y 41% del volumen es exportado por Chile). Se trata de Concha y Toro, Santa Rita, Santa Carolina, San Pedro (FranceAgriMer, 2016). Estas grandes empresas vinícolas, muy estructuradas, representan una competencia despiadada para los pequeños productores, los cuales no pueden competir (Villiers-Moramé, 2019).
Los pequeños productores de vino tienen muy poco poder sobre el mercado. Son las grandes empresas las que fijan los precios, los cuales son a menudo muy bajos, incluso abusivos (Alarcon et al, 2019). Así, los pequeños productores desaparecen y Chile pierde un conocimiento tradicional, natural y local en torno al vino.
Sin embargo, la agrupación de agricultores en cooperativas permite crear valor dentro de un colectivo, compartir los riesgos y acceder a mejores mercados con una mayor capacidad de negociación de precios.
Los productores del valle de Marga Marga se han organizado ante el reto de revitalizar los productos locales, tornarlos más ecológicos, con el fin también de promover el consumo de productos locales.
El proyecto
Fundado en 2016, la cooperativa vinícola Marga Marga reagrupa 5 familias de productores de la región Casablanca y del valle de Marga Marga. Los productores de la cooperativa producen vino agroecológico, de manera artesanal, sin maquinaria ni estandarización, y siguiendo prácticas tradicionales. Al agruparse, los productores han puesto el proyecto en marcha de transformar sus uvas en vino, apoyando a la vez un sistema de comercialización en circuitos cortos. Se trata de una iniciativa inédita, ya que es una de las pocas cooperativas en la región de Valparaíso.
Promover el consumo local y de circuitos cortos
La cooperativa está muy comprometida en el apoyo y promulgación del consumo de productos locales en el campo. Ésta organiza talleres casi todos los domingos a las 11 de la mañana, en los que los productores ofrecen “degustaciones sociales”, abriendo las puertas de su propiedad para degustar los vinos, conocer los viñedos y discutir sobre diversos temas en torno a la alimentación, la sociedad, la naturaleza, nuestro estilo de alimentación…
El objetivo de los miembros de la cooperativa es promover la relación entre los habitantes y su territorio rural y sensibilizar sobre el consumo de productos locales. Gracias a su experiencia, ellos ayudan a pequeños productores a organizarse para vender sus productos sin intermediarios. Se está formando una red de colaboración y de intercambio de experiencias en el territorio.
La cooperativa produce vinos orgánicos y naturales que están certificados por el sistema de garantía participativa (SPG) chileno, que permite a las organizaciones de agricultores orgánicos (OAO) proceder a su auto-certificación bajo control del servicio agrícola nacional (SAG). La cooperativa es precisamente constituida como una Asociación de productores ecológicos (OAE) reconocida por el ministerio de agricultura, y ha incluso montado su propio sistema de certificación orgánica.
La cooperativa vende su vino por medio de circuitos cortos, en pequeñas tiendas especializadas, dos de las cuales están en Valparaíso, y en restaurantes. Sin embargo, la comercialización vía los restaurantes es complicada dado que éstos tienen sus procesos de pago específicos. Además, los clientes están acostumbrados a vinos estandarizados. Para dar entrada a los vinos ecológicos de la zona en el mercado, es importante sensibilizar a los consumidores sobre los procesos de producción que dan valor al producto agroecológico.
Sin embargo, por la falta de mercados locales, y el vino de alta calidad que la cooperativa produce, ésta exporta una parte de su vino al extranjero a pesar de su voluntad por desarrollar un mercado rico local (Sarava, 2019). La asociación exporta sus vinos a los Estados Unidos, Canadá, Perú e incluso a Brasil.
Una dinámica solidaria locale integra a los ciudadanos
Si cada productor posee sus tierras y gestiona su producción de uva, la transformación del vino será realizada bajo una unidad común. Cada uno trae su propia uva y la transforma en vino según un calendario establecido de antemano. La cooperativa agrupa una parte de las uvas de los productores para hacer un vino en común llamado “el vino cooperativo”. Las herramientas de transformación también se ponen a disposición de los habitantes y vecinos, quienes agrupan sus pequeñas producciones para elaborar el "vino del barrio". Dado que la zona es históricamente especializada en la producción de vino, muchas familias poseen tierras con viñedos, sin ser necesariamente viticultores. De este modo, la cooperativa ofrece a los habitantes los medios para crear su propio vino y participar en un proceso colectivo; un vector de vínculos sociales.
Al producir vino artesanal, la cooperativa cuenta con el apoyo de Pro Chile (organismo dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores encargado de promover la exportación de productos chilenos). La cooperativa también ha recibido el apoyo de INDAP, el instituto de desarrollo agrícola chileno, a través de préstamos e inversiones, así como asesoramiento sobre la producción de compost y la gestión sostenible y orgánica de la uva.
El pequeño extra
La cooperativa vinícola Marga Marga es también miembro de la red Slow Food de Marga Marga, y contribuye a las acciones del movimiento Slow Food a nivel nacional. Carolina Alvarado, miembro de la cooperativa, participó por ejemplo en las reuniones Terra Madre de Slow Food.
Fuentes :
FranceAgriMer, 2016. Analyse des filières viticoles des principaux producteurs dans le monde, le Chili. [en ligne]. Disponible sur: https://www.franceagrimer.fr/fam/content/download/48448/document/SYNTHESE%20FILIERE%20CHILI.pdf?version=4[Consulté le 30 novembre 2020]
Villiers-Moramé, A. 2019. Le vin chilien à la conquête du monde. Les Echos. [en ligne]. Disponible sur: https://www.lesechos.fr/2017/02/le-vin-chilien-a-la-conquete-du-monde-1114527 [Consulté le 30 novembre 2020]Alarcón M., Higuera, C., Valdivia, V. 2019. Industria del vino enfrenta la rebelión de pequeños productores de uva. Interferencia. [en ligne]. Disponible sur: https://interferencia.cl/articulos/industria-del-vino-enfrenta-la-rebelion-de-pequenos-productores-de-uva [Consulté le 30 novembre 2020]
Cette fiche initiative a été rédigée par Adèle Guen, bénévole LFC - décembre 2020, et a été traduite par Ana Francisca Jijón, bénévole - Février 2021
Ultima modificacion : 29 Mar 2021.
La Cooperativa Vinícola Marga Marga
Casablanca y del valle de Marga Marga, Chile. Los productores de la cooperativa producen vino agroecológico, de manera artesanal, sin maquinaria ni estandarización, siguiendo las prácticas tradicionales de la realización del vino. Al agruparse, los productores han puesto en marcha un proyecto de transformación de sus uvas en vino acompañado por un sistema de comercialización de circuitos cortos. Se trata de una iniciativa inédita, ya que es una de las pocas cooperativas vinícolas en la región de Valparaíso.